El pasado
04-06-16 tuve la oportunidad de realizar una de las salidas de observación que mas me apetecía hacer desde comencé la afición, dado que entre los aficionados de la provincia de
Ciudad Real, la pedanía de
Los Mirones es muy conocida por tratarse de un lugar bastante oscuro y con unos cielos muy aptos incluso para los amantes de la astrofotografía. Ciertamente era el mejor lugar de observación que hasta ahora he visto, pero tanto mis compañeros de la
Asociación Daimieleña de Astronomía como otros aficionados que allí nos dimos cita a través de internet, coincidíamos en que la noche no era del todo perfecta, y ellos, que ya habían visitado el lugar varias veces, apuntaban a la cercanía del solsticio de verano como la causa de la
"falta" de oscuridad total incluso en zonas del cielo cercanas al cénit. Y por supuesto el eterno e inevitable problema de los horizontes iluminados, que incluso allí, en uno de las mejores sitios de
Ciudad Real, persistía para recordarnos la extraña obsesión del ser humano en convertir la noche en día con las luces de las ciudades. No obstante me encantó la experiencia, y a cierta hora de la noche, estaba perdido en mitad de los miles de estrellas que mi ojo era capaz de ver. Digna experiencia para ser repetida.
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NGC 4449 - Cartes du Ciel |
Tenía dos opciones a la hora de plantear la noche de observación, bien buscar objetos fáciles e intentar apreciar diferencias y matices que desde mi terraza es imposible, o bien prepararme objetos mas difíciles pero asequibles a mi refractor y tratar de esa manera ponerlo a prueba. Confeccioné una lista con ambas cosas y al final, no pude resistirme a la dificultad y el reto de ver algo complicado, con lo que si bien la noche tuvo algún que otro momento de desesperación y derrota, si que pude conseguir alguna
"caza" y realizar un par de dibujos. Me hubiera gustado hacer alguno mas, pero entre los asistentes había algún que otro telescopio digno de observar por él, o incluso compañeros haciendo fotografías de tenues nebulosas y también estuve compartiendo con ellos bastante tiempo.
Un objetivo que me marqué para esa noche fue
NGC 4449, o también
Caldwell 21, una galaxia irregular semejante a la
Gran Nube de Magallanes, que pensé sería asequible a mi refractor sin llegar a lo imposible, y que me permitiría hacerme una idea de lo que es capaz mi telescopio bajo unos cielos adecuados. Costó un poco su localización, pero cuando la tuve en el ocular era evidente su presencia, e incluso ahora pienso que debería haberle metido algo de aumento, ya que creí apreciar cierta forma alargada-rectangular, característica que sí se aprecia en las fotografías que de la misma se pueden encontrar en la red, aunque en general estoy contento de haberla podido detectar. Quizá en ese momento pesó mas la intención de hacer el dibujo e ir a por otro objeto, y ya se sabe que al final se disfruta mas de los matices que de la cantidad en esta afición, afirmación que sin duda a mi se me había olvidado observando
Caldwell 21.
NGC 4449 es una de esas galaxias que por suerte nos recuerdan que el universo es todavía un sitio vivo, ya que se han encontrado zonas en la misma con una alta actividad de creación de nuevas estrellas, envueltas incluso en el gas del que se están formando, y que debido a la interacción con la gravedad de galaxias vecinas, están produciendo irregularidades en la distribución de esos brotes estelares.
Consideraciones astrofísicas aparte, para mi supuso otra constatación de que incluso con telescopios modestos y buenos cielos, el aficionado puede disfrutar mucho de una noche de observación. Quizá los horizontes iluminados que veíamos eran un recordatorio de que las cosas pueden ir a peor si no ponemos remedio.
"La localizo con algo de dificultad, pero aunque tenue es perfectamente visible gracias a la calidad de los cielos. De forma redondeada, pero quiero apreciar cierta forma alargada, aunque noto la vista cansada de observaciones anteriores a esta."