Pi Andromedae fue el primer astro al que apunté. Procuro siempre empezar con una fácil y luego ir a por dobles mas complicadas, siendo esta estrella situada en la conocida constelación circumpolar, asequible tanto en separación como en dificultad en cuanto a su búsqueda. Con escasos 31 aumentos ya era totalmente perceptible la tenue secundaria de esta doble visual, a la que adjudiqué el color naranja (nuevamente disparidad de opiniones si consultamos otros aficionados) y que me sirvió para constatar mi creciente predilección por las dobles con una gran diferencia de magnitudes en su brillo. El astro principal del par es en realidad doble, no pudiendo ser separado por un instrumento óptico, y del que los astrónomos profesionales piensan que puede estar formado por dos estrellas con una masa 5 veces superior a nuestro Sol.
Aunque por supuesto no llega a la belleza de Almach, no está de mas pasarse por ella si estamos por Andrómeda durante una sesión de dobles. Si además de este tipo de observaciones también nos gustan las de brillo desigual, Pi Andromedae no defraudará.
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